Hay ocasiones en las que llegas a arrepentirte de dedicar tu tiempo libre a este deporte. Por fortuna, suelen durar poco y antes de darte cuenta vuelves a tener la necesidad de ponerte las zapatillas. El domingo tuve al menos 40 minutos de pensamientos muy negativos sobre el sentido de correr y lo poco racional que resulta llegar al límite cuando en realidad a nadie le importa más que a ti. En la XVI Media Maratón de Alcalá de Guadaira confluyeron toda una serie de factores que convirtieron una alegre mañana primaveral en una especie de calvario. En primer lugar unas persistentes molestias físicas que no solo me están impidiendo entrenar al 100% sino que me obligaron a tomar antiinflamatorios antes de la carrera. Si, lo sé, es mejor parar y pasar de carreras una temporada, pero es más fácil decirlo que hacerlo. El segundo factor, un recorrido más propio del trial que de una maratón urbana: cuestas constantes y caminos de tierra y piedras.
Los primeros 10 kilómetros puede rodar acompañado en un grupo bastante nutrido. A los pocos kilómetros se hizo evidente que los tiempos no iban a ser excelentes. El viento y el terreno llevaron el ritmo a más de 3:30 el km. A partir de mitad de carrera me descolgué de mi grupo de referencia y comenzó mi agonía. Los kilómetros pasaban con una lentitud exasperante y tenía tan malas sensaciones que opté por dejar de mirar los tiempos de paso. Solo un pensamiento en mi cabeza; terminar. Hubo tramos con cuestas en los que tenía la sensación de ir casi caminando. A falta de un kilómetro para la meta me adelanto otro atleta y no tuve fuerzas ni para intentar seguirle. Yo mismo me sorprendí al ver que al menos había entrado dentro del 1:15.
En la general victoria para el portugués Manuel Ferraz, seguido de Brahim Boualla.
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| Trio vencedor de M40 |
Las clasificaciones completas están disponibles en la página de IDEAIN .
Como suele ser habitual, en la galería de Ermanué de la Isla hay casi 600 imágenes de la carrera.
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