4 de octubre de 2015. En el día de hoy estreno nueva temporada y también unos respetables 44 años. Me desplazo a la sierra onubense con toda la familia sabiendo que es un día especial. A pesar del madrugón nadie se ha quejado y todo son buenas caras. No solo es mi cumpleaños sino que la posibilidad de volverse a casa con algún producto ibérico y el más que probable homenaje en la confiteria Rufino son grandes alicientes para casi todos. Los recuerdos que conservo del año pasado son excelentes y, aunque no estoy muy bien preparado, acometo el desafio con mucho ánimo. Este año tocaba correr desde Jabugo a Aracena, en sentido contrario al que ya conocía. De esta forma se evita la tremenda pendiente del final pero a cambio hay que pasar un autentico calvario al cruzar Galaroza y Fuenteheridos. Con presencia masiva de los Amigos de la Pirámide la prueba se lanza en una cuesta abajo de más de tres kilómetros. Es facil correr, incluso hay que controlar el ritmo pero el sufrimiento muscular se empieza a acumular. Buena parte del dolor de piernas que he tenido la semana posterior se debe a este primer tramo tan engañosamente fácil. Después la carrera te va castigando poco a poco, nunca se consigue alcanzar un ritmo estable, con subidas y bajadas continuas. Hay que correr con cabeza, pero también con las piernas, y estas me empiezan a fallar al filo del kilómetro 18. Sin haber pretendido ir nunca demasiado rápido llego a la meta exhausto. Para mi este sentido de la carrera es peor que otro. Voy a arrastrar cansancio y dolores durante muchos días aún. Al final logro mantenerme octavo de la general y primero de mi categoría. En el generosísimo reparto de premios que organizan los ayuntamientos de la zona me hago con una paleta ibérica. Sin queja.
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| La entrada en Aracena es un alivio para mis machacadas piernas |
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| Alberto Abeja demostró su gran clase adelantándome en los últimos kilómetros |
La mejor parte del día estaba por llegar. Es ya una tradición entre los piramideros organizar una comida campestre en la que dar cuenta del jamón que el club gana por ser el que más corredores aporta. Este año prometí quedarme y la verdad es que pasamos un rato muy agradable, con celebración de cumple incluida para Paco y para mi. Bonita manera de empezar una nueva temporada.
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| Rodeado por buena parte de la gran familia de Miraflores |
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