Tras arrastrar problemas de salud durante varios días tenía bastantes dudas respecto a la conveniencia de meterme casi 80 km para correr una carrera de la que no tenía apenas información. El día amaneció espléndido así que me quede sin argumentos. Una mañana de atletismo es siempre la mejor excusa para visitar lugares que de otro modo sería difícil conocer. La Puebla de los Infantes, localidad enclavada a los pies de la sierra norte, acogió calurosamente a los cientos de atletas llegados desde diferentes puntos de la provincia. Para mi sorpresa, la carrera absoluta se desarrolló en su mayor parte sobre un camino rural, con cuestas incluídas. Ida y vuelta sobre el mismo recorrido y un último kilómetro y medio por las calles del pueblo hasta completar un total de 7,5. Dominio absoluto de Rubén Álvarez que arrancó a un ritmo de 3 minutos el km, acompañado del "jartible" Alvaro Castaño. Por mi parte, procuré mantener un ritmo sostenido lo que, tras ver lo accidentado del terreno, se reveló como una buena estrategia. De esta forma puede alcanzar de nuevo la segunda posición de la carrera, que a la postre sería la definitiva. Las sensaciones no fueron las mejores pero mereció la pena el esfuerzo, recompensado además con premio en metálico.
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Llegada tranquila pero carrera sufrida |
Las clasificaciones de la carrera no estaban aún disponibles en el momento de redactar esta entrada, aunque supongo que en algún momento aparecerán en la página de
Los Tagarros.
Hay una gran cantidas de fotos en la página de
Ermanué de la Isla.
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El club local de atletismo "Los Tagarros" se volcó con la prueba |
La jornada terminó de la mejor manera posible, concurso de migas y comida popular. El cansancio acumulado, la fuerza del sol, las curvas de la carretera y el atracón de migas estuvieron a punto de jugarnos una mala pasada en el regreso a Sevilla. Así que decidimos tomarnos las cosas con calma y parar un rato a disfrutar del paisaje.
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Migas hasta hartarse |
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